La calle de la vergüenza, de Kenji Mizoguchi (1956)

El cine japonés posterior a la II Guerra Mundial reflejó las tensiones del país entre el abandono (y la conservación) de la tradición, y el nuevo mundo de la vida urbana, de la soledad de los hombres y de los problemas de la modernidad. Mizoguchi había realizado alguna de sus obras más conocidas en occidente como "Cuentos de la luna pálida" (1953) y "El intendente Sansho" (1954), cuando realizó esta aproximación al mundo de la prostitución de las mujeres japonesas en Tokio. La película está enfocada con un aire de neorrealismo sobre las dificultades de distintos tipos de mujeres con situaciones diferentes para abrirse paso en la supervivencia de la vida. Una estructura que permite captar en distintos hilos argumentales diferentes situaciones y problemas sociales. Mizoguchi lo cuenta con una mirada cercana para entender las motivaciones de los personajes, pero al mismo tiempo mantiene el lirismo de la mirada. También refleja la hipocresía de la sociedad y la dureza de las situaciones. Es una película realmente para tener en cuenta tanto para entender la sociedad japonesa del momento como para profundizar en la amplia carrera de uno de los maestros del cine japonés clásico junto a Kurosawa y Ozu. Cine profundo y bello.