El ferroviario, de Pietro Germi (1956)

24.03.2024

El neorrealismo italiano es una de las cimas del cine. Iniciado en los momentos finales de la II Guerra Mundial se prolongó como movimiento estético hasta la entrada del optimismo italiano de los finales de los 50, las nuevas formas creativas de Pasolini y Fellini, y con la gran comedia italiana de los años 60. Fue un modo de constatar los horrores de la guerra, de la postguerra y de las desigualdades sociales, y la pobreza de una Italia en reconstrucción después del Fascismo. Entre el humanismo y el pensamiento comunista sus creadores se centraron en las dificultades del sobrevivir del hombre corriente. Sus desasosiegos y sus esperanzas. Detrás de las grandes obras del neorrealismo, como "Ladrón de Bicicletas" de Vittorio De Sica o "Roma, citta Aperta" de Rossellini , se fueron desarrollando muchas obras que iban centrándose en tramas más sectoriales de la gente corriente de las ciudades y los campos italianos, como los arroceros, los pescadores o como en este caso el mundo de los ferroviarios. Pietro Germi, dirige y protagoniza, al estilo de De Sica la película. Unos años después se le conoció por ser el director de "Divorcio a la italiana" (1961), en donde se mostraba el optimismo de la nueva década. La película narra la peripecias de un ferroviario, de sus dificultades para sobrevivir en un entorno laboral muy adverso, en donde también encuentra enormes dificultades en una familia que se va rompiendo en un mundo moderno y urbano, abandonando la familia tradicional italiana. Él tampoco ayuda por sus gustos de tabernas, el amor a la fiesta y a desinhibirse con los placeres que ayudan a olvidar. Probablemente el mundo que se retrata se va acercando más al Rocco y sus hermanos de Visconti en el año 1960, que probablemente es uno de los cantos del cisne del neorrealismo. Esta película se mueve en los cánones clásicos del neorrealismo, y lo hace con una maestría que obliga a ser vista para todo buen aficionado al cine italiano. El neorrealismo es de los momento que elevan la consciencia de todo aficionado al cine. Uno de los privilegios de ser espectadores de cine , en uno de esos instantes en donde las ideas y la expresión artística se han unido para elevar el espíritu, o para hacerlo caer a la dureza de la piedra y de la tierra sobre la que pisamos.